Bienvenidos a mi blog. Delicadas, suaves y aterciopeladas, las miosotis suben y brotan como enredadera sublime llenando el entorno de alegría con su sola presencia. Te invito a leer y dejar tus comentarios en este espacio.



jueves, 24 de marzo de 2011

Grito insondable

Veo en las calles mujeres que caminan desmembradas,

truncadas por los golpes en los cuerpos y en sus almas.

Mujeres marchitas por la desesperanza, con cicatrices profundas,

imborrables y amargas. Mujeres que piensan, que disienten y sienten,

que hablan y palpan, que dan a la luz vida y amamantan.



Veo los camposantos de mi patria: blancos, pero teñidos de escarlata.

Allí descansan mujeres que clamaron, mujeres que amaron,

mujeres... que confiaron. Arrancadas a deshora, cuando aún latía

en sus mentes y en sus cuerpos la vida, cuando el futuro les deparaba

éxitos y sonrisas. Mujeres que mueren ahogando un grito

en sus gargantas, esperando una esperanza.



Blancos, pero teñidos de escarlata también hay camposantos

en otras tierras lejanas. La sangre inocente de las mujeres fluye,

busca respeto, identidad, su lugar en esta sociedad convulsa.

Quiere ser lo que la vida la hizo: mujer desnuda de prejuicios.



También veo mujeres calladas, llevan los labios sellados,

van cabizbajas, con dolor en la mirada, pero adentro gritan: Basta.

Por ellas, enmudecidas por el miedo, acalladas por la desconfianza,

elevamos un grito las mujeres hermanas. No silenciaremos nuestras voces,

que nuestro grito retumbe en los cielos, que cada lugar del universo,

como hecatombe escuche nuestra voz al unísono.



¡Que se detengan las manos que mutilan,

las manos asesinas,

las que cortan sueños y visiones,

las que siegan vidas!



No callaremos hasta que nuestro grito trascienda,

hasta que el infinito se asombre, hasta que cesen

las heridas internas y externas,

hasta que el sol se derrame sobre nuestras quejas,

nuestro grito de tiempos ancestrales,

se vuelque sobre el mar, se oculte

en las arenas y se convierta

en un cántico de victoria.

sábado, 5 de febrero de 2011

Velero

Navegabas a la deriva,

el mar te lavaba en sus aguas.

El sol acariciaba tu mástil de cara al viento.

¡Sol y luna! ¡Sal y espuma!

¡Mareas y sueños!

Solitario celaje pintado,

sobre el espectro de los recuerdos.



Encallaste un día en mi isla.

Me vestiste de arena y de sal.

Con premura, até tus amarras.

Tiré al mar el ancla,

cubrí con amor tus velas plegadas.



Dejaste tu angustia perdida en las aguas.

Pegaste el lastre a mi espalda.

Ataste a la proa tu soledad amarga.

Dejaste que entre las velas,

el viento meciera tu estampa.



¡Pero tu vida sin olas, es ave sin alas!



Un día izaste las velas,

soltaste amarras y levaste el ancla.

¡Quedé desolada!

Me sumergí en las lágrimas.

Sofoqué mis ansias. Miré al viento

soplar de nuevo con fuerza. Desaparecías.

En el horizonte vi, llena de celos,

el mar, tragarte en sus aguas.



martes, 25 de enero de 2011

Inmortal viajera ( A Rosa Buk In memoriam)

Volaste en silencio,
dejando el polvo de tus alas
pegado a mis pensamientos.

Tus versos descalzos
recorren las plazas.
Tu voz coronada de matices
resuena en el tiempo.
Tus palabras diáfanas,
inmersas en la luz del cosmos,
taladran el alma,
pintan arreboles,
encendien lámparas,
descubren lunas de escarcha y de plata.

Tus poemas danzan
en la noche cándida.
Hurgan en los huecos
del espacio misterioso.
Bajan a los mares,
se bañan en las olas,
de madrugada, saltarines,
al cielo se escapan,
en rítmicos vuelos,
vestidos de espuma,
calzados de arena.

Recojo las caracolas
que tus manos palpan.
Busco las estrellas
que adornan tus cabellos.

Te encuentro…
¡Aún vives, poeta!
¿Quién dice que has muerto?

sábado, 15 de enero de 2011

Niebla

Te pierdes por los rincones y las callejuelas.
Arropada de blanco, llenas el espacio. Amorfa y desnuda,
sin tocar el suelo, vagas entre sombras. Invades el aire,
penetras lugares remotos y extraños. Humareda
mágica, flotas como barco que surca los mares
a la deriva, solo, sin timonel ni velas,
sin puerto ni ancla, en desesperanza.
Apoderándote, desplazas la noche.
Intrusa mariposa noctámbula,
vuelas entre montes,
cubres las ciudades
y de madrugada,
plegando tus
alas, mueres
solitaria.



jueves, 13 de enero de 2011

Tu voz

Aquella música que trajo el viento
en las faldas de los aguaceros,
era la espada de tu voz cortante
hurgando en mi alma dolida.

En los cuadernos de mi espíritu,
que estaban en blanco, susurró versos.
Me sumergió en el mar de la esperanza,
que cuida el contorno de mi isla chica.

Me estremeció tu voz de amor vestida,
envuelta en los ropajes de las sinfonías.
Cabalgando luceros y astros lejanos,
iluminó con su luz mi desconsuelo.

Me confundió tu voz como un suspiro
escapado de algún trino de gorrión,
o quizás el quejido de un pájaro herido,
que vaga perdido sin rumbo ni dirección. 

Me dolió tu voz vibrante y potente
con sus llamas de fuego candente y voraz. 
Ecos de un pasado ambiguo e incomprensible.
Me alumbró tu amor y me cegó tu olvido.

martes, 11 de enero de 2011

Desvario

Vagas perdido en la madrugada,

 niño grande con ojos sin alma.

La cruel maraña de tu pasado

te enloquece, condena y ata.

Mas un asomo de la cordura,

brilló en tus ojos aquella noche

en que tus manos desiertas, faltas

 de amores, por mí caminaban.

Prendí con mis besos tus ilusiones,

recorrí caminos despacio y de prisa,

vestida de rocío, calzada de plata.

Pero el brillo aquél, de tus ojos escapa.

Quedas de nuevo sumido en recuerdos,

vanas añoranzas, sediento de abrigo,

apagando las llamas. Huyes, te alejas,

en medio del desvarío, mirando al vacío,

con los ojos abiertos pensando en la nada.

Dejaste en mi regazo muerta la esperanza.

lunes, 10 de enero de 2011

Amor

Eres el misterio. El fuego que apenas lame mis entrañas.

La rúbrica santa. Un ímpetu extraño. Temblor en la voz.

Un cáliz vertido que flota en el espacio. Palomas que vuelan

cubiertas de llanto. Un niño que juega, risas y quebrantos.

El sueño soñado. Brillantez de faz, duende que baila, oruga

que arrastra las incongruencias de un rito profano.

Llegas en silencio. Tomando tu mano entro

en el sagrario a encender la llama,

beber de tu influjo

bañado de luz,

que

arrasa

y embriaga.

El veneno dulce,

sorbo a sorbo apuro.

Aspiro tu aroma. ¡Tus tules me atrapan!

sábado, 8 de enero de 2011

Mariposa

Soy bruma y soy águila.
Soy nube y tierra, pero
sobre todo, soy agua.
Fluyo en cascada
traslúcida.
Cuando te miras
en ella, tu reflejo
tiembla.
Se estremece el rocío
de tus venas. Enmudeces.
Tus palabras, como gaviotas
silentes que planean lejanas,
quedan en el vacío suspendidas.
¡Te marchas!
Tus pasos se pierden en la madrugada.
Tu aroma ardiente se escapa.
Entonces soy mariposa errante y fugaz
que aletea sobre las flores muertas.

viernes, 7 de enero de 2011

Olvido

¡Huyó tu aliento!

Se esfumó en el aura.

No pude alcanzar tus pisadas,

sombras que la luz deshace

en la madrugada. Tu silencio

me aturdió con dureza y saña.

¡Inercia, congoja!

¡Desaliento, angustia!

Te busqué en mis recuerdos.

No te anhelaron mis besos,

no te buscaron mis manos.

Mis pechos no se sintieron

sedientos de tus abrazos.

El amor se ahogó adentro.

¡Ya basta! ¡Detente!

¡Calla, enmudece!

Es hora de abrir tus alas de nuevo.



jueves, 6 de enero de 2011

Atisbos


Atisbos

I

A veces tu recuerdo

se salta los vallados del olvido.

Se sube al rayo de luz cósmica

que penetra la ventana y toca

de nuevo a mi puerta. Entonces

tiemblan los sentidos, se descorre

el velo, la mirada se asombra,

el oído se afina mientras la piel se eriza.



El sabor de tus besos, se posa sobre mis labios

y un líquido incoloro y amargo cubre mis mejillas.



II

No sé si me recuerdas…

Escuché que a donde fuiste,

no se llevan los recuerdos.

Pero si por casualidad sientes

en el lugar silente y frío un leve

roce sobre tus párpados, no dudes…

Es que aún permanece el temblor

del beso que te di cuando partiste.



III

¡No quiero que tu imagen

se borre de mis sueños!

Tu ternura se desborda en cascada risueña

cada vez que cierro mis párpados.

Coqueta, se cuela por las rendijas de mis pestañas

y un cosquilleo leve y agradable

penetra mis sentidos.

Una vez más me siento muy tuya.

Tu imagen, vestida de ensueños,

preñada de luz, con su toque de azul,

me roza y me habita.



IV

Te busqué en los lirios

y en la madrugada.

Te busqué en el parque,

en la noche que pasa.

En el bosque lluvioso

fui tras tus pisadas.

El agua, con tristeza

llena de crueldad

las borraba.


Contando

lloviznas,

a ver si cesaban,

aspiré tu aroma en el aire.

Me ceñí a sus crines,

nació la esperanza







V

El arrullo con el que el mar me canta

no ha nacido de la ola brava.

Con su dulce cadencia es la ola mansa

la que ha peinado mis cabellos

y llenado mis oídos

con suspiros de esperanza.



El viento soleado

ha dejado sus quejas,

prendidas a la luz de un rayo

que solitario el firmamento ha cruzado.

He seguido tus huellas sobre la arena.

De pronto, se pierden en el agua.

Su rastro queda oculto

en la ola que pasa.



Bogaré mar adentro

hasta encontrar tus pisadas

Seguramente el arrullo guiará

mi hambruna en la madrugada.