Bienvenidos a mi blog. Delicadas, suaves y aterciopeladas, las miosotis suben y brotan como enredadera sublime llenando el entorno de alegría con su sola presencia. Te invito a leer y dejar tus comentarios en este espacio.



jueves, 6 de enero de 2011

Atisbos


Atisbos

I

A veces tu recuerdo

se salta los vallados del olvido.

Se sube al rayo de luz cósmica

que penetra la ventana y toca

de nuevo a mi puerta. Entonces

tiemblan los sentidos, se descorre

el velo, la mirada se asombra,

el oído se afina mientras la piel se eriza.



El sabor de tus besos, se posa sobre mis labios

y un líquido incoloro y amargo cubre mis mejillas.



II

No sé si me recuerdas…

Escuché que a donde fuiste,

no se llevan los recuerdos.

Pero si por casualidad sientes

en el lugar silente y frío un leve

roce sobre tus párpados, no dudes…

Es que aún permanece el temblor

del beso que te di cuando partiste.



III

¡No quiero que tu imagen

se borre de mis sueños!

Tu ternura se desborda en cascada risueña

cada vez que cierro mis párpados.

Coqueta, se cuela por las rendijas de mis pestañas

y un cosquilleo leve y agradable

penetra mis sentidos.

Una vez más me siento muy tuya.

Tu imagen, vestida de ensueños,

preñada de luz, con su toque de azul,

me roza y me habita.



IV

Te busqué en los lirios

y en la madrugada.

Te busqué en el parque,

en la noche que pasa.

En el bosque lluvioso

fui tras tus pisadas.

El agua, con tristeza

llena de crueldad

las borraba.


Contando

lloviznas,

a ver si cesaban,

aspiré tu aroma en el aire.

Me ceñí a sus crines,

nació la esperanza







V

El arrullo con el que el mar me canta

no ha nacido de la ola brava.

Con su dulce cadencia es la ola mansa

la que ha peinado mis cabellos

y llenado mis oídos

con suspiros de esperanza.



El viento soleado

ha dejado sus quejas,

prendidas a la luz de un rayo

que solitario el firmamento ha cruzado.

He seguido tus huellas sobre la arena.

De pronto, se pierden en el agua.

Su rastro queda oculto

en la ola que pasa.



Bogaré mar adentro

hasta encontrar tus pisadas

Seguramente el arrullo guiará

mi hambruna en la madrugada.


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