Bienvenidos a mi blog. Delicadas, suaves y aterciopeladas, las miosotis suben y brotan como enredadera sublime llenando el entorno de alegría con su sola presencia. Te invito a leer y dejar tus comentarios en este espacio.



miércoles, 3 de febrero de 2010

Retorno

¿Por qué razón se perdieron
tus besos en el desierto?
¿Acaso la soledad te embriagó
con su vaho espeso y engañoso?
¿No hubo algún lucero que alumbrara
las sendas arenosas de las dunas?
¡Sólo tú lo sabes y guardas el secreto!

Te vi sediento, soñando manantiales,
vestido de ansiedades y angustia.
Por coraza, el desaliño y la apatía,
por yelmo, tu sonrisa hecha una mueca,
llena de tristezas y soledades pasadas,
que ya no te asombran, ni se asoman
a tu mirada perdida en la penumbra.

Te vi deshecho, doliente y lleno de hastío,
colmando de suspiros las calles tortuosas,
envuelto en la vorágine que no se detiene,
que hiere, aplasta y arrastra. Me dolió
ver tus ojos extraviados en el vacío. Tus brazos,
tratando de alcanzar sueños perdidos.
Tus ilusiones flotando en el vacío, muertas.

Y te acuné como lo que eras: un niño perdido,
restos de un hombre que ha perdido el rumbo en el ocaso.
Te vestí de ilusiones nuevas, de besos, de sentimientos
que tu alma alegraron. De pasión que se alborota,
de abrazos, de soles que brillan, de espuma como el alba,
de esperanza alegre que vuela en las nubes,
que flota en los aires, pero es alcanzable.

Detuviste tus pasos que vagaban en las sombras.
Recogiste el afecto, cosechaste esperanzas.
Sólo por un momento creíste poder hacerlo.
Un brillo como de relámpago, brillante y fugaz,
encendió un instante tus apagados ojos.
Al volver la vista, efímera luz, se apagó de nuevo,
para sumirte otra vez en tu mundo de cruel desvarío.

¿No te dieron mis brazos suficiente aliento?
¿No encendieron mis besos el fuego apagado,
que tu alma sin rumbo anhelaba?
¿No brillaron estrellas en la noche serena,
brotando por mis ojos y cubriendo tu cuerpo?
¿No sentiste acaso mi piel destilando amor?
¡Sólo tú lo sabes y guardas el secreto!